Una Perspectiva Intercultrual de la Iglesia en Misión en Europa

Del Sur Global al Norte Global: una historia misionera
Uno de los retos más desalentadores a los que me he enfrentado en toda mi vida fue el de reubicarme del espiritualmente vibrante Sur Global al espiritualmente tibio Norte Global, concretamente cuando me mudé de mi Zimbabue de nacimiento a mi país de adopción, Reino Unido, un paisaje espiritual diferente pero un campo de misión fascinante. Yo era un joven misionero entusiasta de África encargado de establecer una iglesia multirracial y multicultural en una sociedad postmoderna. Mi familia tenía que guiarse por un terreno desconocido en términos de marco legal y social, contexto cultural y espiritual, aunado a toda la cuestión de injusticia social y prejuicios en diferentes niveles de la vida y ministerio.

Durante épocas de búsqueda de Dios, comprendí que Dios de verdad estaba trabajando en mí en áreas de oración y fe, así como mi capacidad para desarrollar genuinas amistades interculturalmente. Mi perspectiva había sido aumentada y mi visión global de alcanzar a gente de otras naciones estaba echando raíces en mi corazón. Me di cuenta de que la cara de la misión había cambiado, ¡es europea! La Europa del siglo XXl se había convertido en uno de los campos de misión de más rápido crecimiento para el ministerio transcultural.

Mi historia es típica de los misioneros africanos en Europa. Fui marcado por el shock cultural inicial, la falta de preparación e inadecuación. Un importante punto de reflexión para mí fue que, aunque había hecho algo de formación ministerial en África, encontré lapsus significativo en mi comprensión de la práctica del ministerio en un contexto que está dominado por el nominalismo, donde la cultura cristiana está entrelazada con los “dioses de Europa”: el dinero, la riqueza y el consumismo.[i]

Tuve que descubrir que, en la misión europea, las cuestiones de nacionalismo[ii], migración, diáspora, la relación de la iglesia y la injusticia racial todos afectaban a la Missio Dei (misión de Dios) a diario y tenían un peso directo en la Missio Ecclesiae (misión de la iglesia).

Desarrollo de una filosofía de ministerio para una iglesia intercultural en Gran Bretaña.
Me recuerda el extremadamente complejo mundo étnico del primer siglo evidenciado por la multiplicidad de naciones reunidas en Jerusalén para Pentecostés en Hechos 2. La agenda misionera de Hechos viene de un Dios misionero (Hechos 1:8). El esquema del discipulado misionero fue explicado en Mateo 28:16-20. Afrontando muchos retos, hemos estado en un viaje para desarrollar una filosofía ministerial relevante y para plantar una iglesia intercultural.

Una iglesia intercultural es una comunidad de creyentes centrada en Jesús que intencionalmente celebra la creatividad de Dios escuchándose empáticamente unos a otros. Kirk Sims ve la unidad en la comunidad de iglesias interculturales como un signo de la obra del ministerio del Espíritu Santo y su amor como un claro testimonio del mundo a nuestro alrededor.[iii] Dice que la gente en tales iglesias reconoce que su ceguera espiritual limita sus perspectivas del Evangelio y, así pues, desea tener gente diferente a ellos hablando a sus vidas y viceversa.

Características de una iglesia intercultural

En primer lugar, una iglesia intercultural, debe irradiar un sabor intercultural.
Mi mujer y yo tenemos el privilegio de ser parte de una iglesia en el Reino Unido que ha conseguido reunir a gente de varias razas, étnicas y culturas. Una de las estrategias a las que estamos acostumbrados es a crear un espacio seguro para la conversación y celebración de la diversidad multiétnica. Una forma en la que lo hemos hecho es celebrando un evento internacional llamado “Sabor del mundo”, donde celebramos un tema o actividad que es común a la mayoría de las culturas representadas en la ciudad, pero expresado de una forma especial. Algunos de los temas que hemos tratado son la hospitalidad, los ritos matrimoniales y la celebración de eventos importantes. Entonces usamos unas lentes bíblicas como común denominador para enmarcar el mensaje bíblico. Este evento anual internacional siempre termina con una fiesta famosa por su cocina internacional. Los diferentes platos deliciosos son preparados y presentados por la gente en nuestra comunidad por varias culturas. Estos eventos juntan a la comunidad y crean un “espacio seguro” para que tengan lugar conversaciones multiétnicas en un ambiente informal mientras que al mismo tiempo permite a la iglesia presentar el mensaje del Evangelio de una manera contextualmente relevante. ¡Hemos visto a la comunidad caldear la “iglesia” y explorar el cristianismo!

La mayoría de las iglesias en Europa están viendo cambios demográficos importantes, y a menudo son las iglesias interculturales las que tiene su dedo en el pulso de las corrientes que soplan en nuestras comunidades, así como la comprensión de la diversidad del mundo de Dios debido a su reflejo de las comunidades a las que ministran. Así pues, una congregación intercultural exhibe mejor la expresión trinitaria de la diversidad en la unidad y la unidad en la diversidad. Aunque las iglesias interculturales no son un perfecto espejo del cielo, han hecho una autopista que abre muchas barreras que inhiben que la gente de diferentes razas, culturas y orígenes se unan.

En segundo lugar, un equipo de liderazgo con una mente flexible para la expresión del ministerio.
El equipo de líderes en iglesias interculturales debe ser abierto de mente en su aproximación a la práctica ministerial. Las iglesias interculturales tienden a estar constantemente adaptándose por la entremezcla de diversas gentes y culturas, diferentes estilos de adoración, varias lenguas y formas prestadas algunas veces, de todas las tradiciones cristianas.[iv] Mi experiencia de ser parte de un equipo de liderazgo en una iglesia intercultural es que, sus modelos de misión deben reflejar todo el espectro mundial del Evangelio y la salvación universal de Dios por medio de Jesucristo, sin importar su tamaño o composición inicial.

Nuestra liturgia (oración, cantos, predicación) necesita ser lo suficientemente flexible para reflejar la diversidad mientras al mismo tiempo permanece constante respecto al que adoramos, la centralidad del mensaje del evangelio, y las creencias centrales de nuestra fe evangélica. Es la responsabilidad del equipo de liderazgo para mantener la Missio Dei al frente de la iglesia y su atractivo puede ser evidente, especialmente si la iglesia “anda como habla” y “habla como anda”.

Como parte de esta articulada flexibilidad de mente, el equipo de liderazgo en una iglesia intercultural tiene que implicarse en cuestiones de identidad y justicia racial en lo que toca al Cuerpo de Cristo. Para procesar juntos los acontecimientos del mundo actual de justicia racial la iglesia tiene que pensar sobre cómo puede proporcionar liderazgo en tiempos como estos. Tenemos que enmarcar nuestra respuesta a la injusticia racial de tal forma que todo el mundo pueda ver el amor de Dios vivido tanto en nuestro mensaje como en nuestras acciones. El mandamiento central que Jesús da es amar a Dios y amar a nuestro prójimo. Una iglesia intercultural es un punto de observación para vivir este mensaje y un espejo a emular para la sociedad. Nuestra iglesia ha necesitado tener conversaciones sobre el tema de cómo la raza, la injusticia y el Evangelio se entrecruzan.

En tercer lugar, una iglesia intercultural inicia la Implicación Social
Las iglesias interculturales con foco misionero buscan superar las barreras sociales y culturales que emanan de sus paradigmas estereotipados, introduciendo acción social como una iniciativa misionera. Nuestra iglesia empezó un proyecto de proporcionar una comida de dos platos preparados en la sede de la iglesia por los menos privilegiados de la ciudad. Los líderes del proyecto reúnen un equipo central de voluntarios para ocuparse el proyecto y también crean la oportunidad a los privilegiados de la comunidad de ser voluntarios en esta “iniciativa comunitaria” fundada y gestionada por la iglesia. El proyecto atrae a un diverso rango de gente de todos los orígenes, así como profesionales que estaban interesados en cambiar la comunidad.

A través de esta iniciativa, a la gente no solo se le da una comida, sino que se crean oportunidades para hacer amigos en la comunidad. Pudimos orar por los que estaban abiertos a ello, y ofrecer apoyo práctico a los que lo necesitaban. Para una iglesia del siglo XXl que busca ser relevante en Europa, la cuestión no es cómo de bien conocemos a la gente sino cómo de bien tratamos a gente de todas la etnias y orígenes. Si nuestra actitud es buena (amor y cuidado), si nuestras acciones son buenas (servir con amor ágape) y si nuestra disponibilidad es buena (abiertos a Dios para que nos use cuando Él quiera), entonces las conversaciones pueden fluir pronto en una relación que puede llevar a un discipulado.

La implicación social de es pues, un canal para la misión holística y una estrategia eficaz para construir un puente de capital social para evangelizar comunidades. La misión cristiana de una iglesia local intercultural debe también ser redentora a la hora de actuar en cuestiones sociales y preocupaciones espirituales en las sociedades europeas como la drogadicción, alcoholismo, crisis de embarazos, presión espiritual, y delincuencia juvenil. Al hacer esto, la iglesia en general está proclamando el Evangelio redentor holístico que tiene compasión social y amor ágape que trasciende barreras étnicas y sociales.

Finalmente, hacer discípulos es una estrategia misionera para la movilización.
Mientras todo lo anterior son reflexiones importantes de una iglesia intercultural en Europa, la cuestión del discipulado misionero, puede pasarse por alto. La iglesia está llamada a ser un movimiento misionero, dedicado a hacer discípulos que reproduzcan a ellos mismos. El ethos y ADN de un proceso de discipulado es hacer discípulos que hagan discípulos de todas las naciones entablando relaciones. Las relaciones son indispensables en las iglesias interculturales donde el discipulado tiene lugar en contextos diversos donde la gente está a diferentes niveles de comprensión y se enfrentan a barreras como el lenguaje, y los recursos y demás.

En términos de movilización, una iglesia intercultural no solo está formando a un grupo de gente, sino que tiene el privilegio de equipar a líderes emergentes de todo el globo para alcanzar fronteras más allá del hemisferio occidental. Aquí es donde entra la idea de cooperación: iglesias con la misma mentalidad colaboran para crear un “espacio de aprendizaje global” para el bien de la misión de Dios. La iglesia local intercultural es integral a la misión y el propósito de Dios. Por la migración, somos privilegiados en Europa porque no tenemos necesariamente que salir a misiones extranjeras como era el caso en un pasado no muy lejano, sino que las naciones ¡están ahora a nuestra puerta! A medida que los compañeros de misión del Sur Global entran en el Norte Global para proclamar a Cristo, el concepto de misión como “de todo el mundo a todo el mundo”, es ahora una realidad global. Así pues, tenemos el potencial de alcanzar a las naciones más rápidamente de lo que podemos imaginar.

Conclusión
Basado en el modelo intercultural de la iglesia de Antioquía de Hechos 11, mi reflexión es que las iglesias interculturales no solo son bíblicas sino también críticas para el avance del Evangelio en Europa en el siglo XXl. Hay algunas características que se pueden recoger de las iglesias que trabajan en varias partes de Europa, pero espero que las pocas que han sido discutidas te hayan estimulado. Esta es una era de oportunidades misioneras para la iglesia local para participar de cualquier manera posible para dar a conocer a Cristo entre la gente que llamas tú “prójimo”.


Notas Finales

[i] Olof Edsinger, ‘How can we overcome the gods of Europe.’ Vista (35), 3 March 2020. Accessed on 6 August 2020.

[ii] Jim Memory, ‘Reconciliation in the Conflicted Continent.’ Lausanne Movement Europe Impact Group Conversations. June 2019. Accessed 8 September 2020.

[iii] Kirk Sims, “3 Things You Shouldn’t Expect in an Intercultural Church.” Seedbed. Accessed on October 26, 2015.

[iv] Lisa Lloyd, ‘The Mission of the International Church.’ Vista (26), January 2017. Accessed 6 September 2020.