Foto de Pau Sayrol en Unsplash
El ministerio en el lugar de trabajo ha adquirido un nuevo significado para nosotros en España. Para la mayoría, nuestro lugar de trabajo se localiza ahora en nuestro hogar. Esto ha nivelado el terreno en el sentido de que todos tenemos un lugar de trabajo similar ¡y afrontamos retos similares! En esta situación, cuando no podemos salir a ministrar, estamos encontrando nuevas formas de ministrar desde nuestro hogar- base. Ciertamente, nuestras comunicaciones basadas en internet han aumentado, pero qué tal si alcanzamos a nuestro vecindario.
Encerrados en nuestras casas, varios de nosotros en España hemos empezado a usar el método Mateo 1:27 “proclamadlo desde las azoteas”. Mi mujer y yo hemos ofrecido nuestros servicios como autoproclamados capellanes para la comunidad de propietarios. Nos agradecieron nuestro ofrecimiento y se mandó una circular a los vecinos. Da la casualidad de que nuestra vivienda se encuentra en medio de cien casas.
Pidiendo valor a Dios, adapté mi sistema de sonido de unos 35 años y puse un altavoz en cada ventana del ático, mirando a dos direcciones diferentes. Cada tarde, a las 8, es una nueva costumbre de todos los vecinos, salir a sus balcones o abrir una ventana para aplaudir en reconocimiento a los que trabajan en primera línea. Cuando acaban los aplausos y antes de que cierren sus ventanas, emito un mensaje de 3 o 4 minutos de esperanza y ánimo, acabando normalmente con el Padre nuestro. Cada noche, un número creciente de vecinos responde con otra ronda de fuertes aplausos. Cuando se trata de la vida, la limitación de la “apuesta humanista” que proclama que no hay Dios, no tiene nada que ofrecer. Más de 700 personas murieron ayer (26.03.2020) en España a consecuencia del Covid-19. Es nuestro momento como pueblo de fe de compartir las buenas noticias del Reino de Dios incluso desde las azoteas. Gracias por orar. Oramos por vosotros también. Estamos todos juntos en esto.